miércoles, 26 de octubre de 2011

Socorrito Villegas, soprano inolvidable, maestra de cantantes, foniatra, musicoterapeuta

Golpe a golpe, canto a canto

Con el maestro estadounidense Aaron
Copland, el chileno Domingo Santa Cruz y
el cubano Julián Orbón, en Boston, 1956.
(Archivo Villegas Morales)
Ella fue una innovadora en la enseñanza del canto y creadora de un método de respiración desarrollado entre Montevideo y Madrid, registrado en la capital española. “No es más que un retorno a nuestra utilización infantil del aparato respiratorio, basada en la participación natural del diafragma”, solía explicar la artista lírica, foniatra y músicoterapeuta. Socorrito Villegas cantó con Aaron Copland, Heitor VillaLobos, Eduardo Ginastera, Carlos Guastavino, José Serebrier, Kurt Lange, Julián Orbón, Domingo Santa Cruz, Héctor Tosar, entre tantos directores y intérpretes de prestigio mundial. 

“El hemisferio derecho del cerebro domina lo melódico, la entonación; y el izquierdo se encarga del dominio de los sentidos.”

En sus seis décadas como cantante multifacética y docente, María del Socorro Villegas Morales se dedicó a la investigación de la base psicobiológica del arte de impostar la voz. Entre las décadas de 1940 y 1960 recorrió los principales escenarios del mundo, como afamada soprano, tanto lírica (ópera, opereta), como solista de cámara. En 1976, cuatro años después de la partida de tres de sus hijos a España, se radicó en Madrid, con el objetivo del enseñar canto y culminar un trabajo científico sobre la respiración diafragmal.
Socorrito con el brasileño Héctor Villa-Lobos,
luego de un concierto, Río de Janeiro, 1950.
(Archivo Villegas Morales)
En la capital española se vinculó con un eminente especialista del aparato respiratorio y la fonoaudiología: Pablo Muñoz Sotés, director del Centro Médico de Ciencias del Lenguaje de Madrid. En conjunto realizaron una investigación de base biológica del funcionamiento del aparato respiratorio en cantantes profesionales, en especial líricos. Así describieron y sistematizaron los mecanismos de la inspiración y la espiración, su interacción con la actividad cerebral, la asimetría funcional hemisférica, su influencia sobre la percepción espacio-temporal y la emoción.
Luego de ocho años de estudio, la profesora Villegas registró los resultados de su trabajo científico titulado “El golpe diafragmal voluntario”, en el Registro de la Propiedad Intelectual de España con el Nº 0036, y en la Comunidad de Madrid con el Nº 42.379, ambos de fecha 11 de diciembre de 1987.

“La voz revela nuestra personalidad, la letras el carácter, la educación y la disciplina.”

“La disminución de la energía se presenta en la voz de forma muy parecida que en la caligrafía."

Aire para el cantante
Registro de Propiedad Intelectual
del Golpe Diafragmal, Madrid, 1987.
(Archivo Villegas Morales)
Socorrito Villegas describe tres tipos básicos de respiración: torácica o clavicular, intercostal o pectoral, y abdominal o costo-diafragmática. La primera utiliza la parte superior de los pulmones, levantando los hombros y las clavículas al respirar y provocando la contracción de los músculos suspensores de la laringe que dificultan su funcionamiento. Es la respiración clásica, pero que resulta fatigante para el canto. En la segunda se dilata el tórax y se ensanchan las costillas, con lo que se consigue un descenso parcial del diafragma y un aumento de la cantidad de aire. En este caso, la posición es poco natural, dificulta la emisión de la voz y por lo tanto consigue apenas 25% de la Capacidad Vital (medida de aire que interviene en la dinámica respiratoria).
La respiración costodiafragmática es óptima para el canto o la locución profesional, porque moviliza el epigastrio (la parte más baja del tórax y la más alta del abdomen), que es la zona donde radica el mayor control voluntario del acto. Cuando el diafragma llega a su máximo descenso, hay una mayor dilatación de los pulmones y el aumento de la Capacidad Vital: hasta 60 %.
“El diafragma es el órgano con el que respiramos al dormir. En la posición estirada horizontal, el abdomen es lo único que podemos desplazar fácilmente para ampliar el ingreso de aire. Es algo natural en los bebés, pero los hábitos sedentarios y de vestimenta de los adultos, poco a poco deforman nuestro instinto, con costumbres insanas que fomentan únicamente una respiración superficial, que provoca una menor oxigenación de nuestro cuerpo”, escribió la investigadora uruguaya.

Golpe diafragmal voluntario
Cuaderno de apuntes
sobre foniatría.
(Archivo Villegas Morales)
Es el mecanismo de control de la espiración descripto por Socorrito Villegas, que durante casi cuatro décadas utilizó en sus clases de foniatría y canto, en Uruguay y España. “La emisión de la voz es más eficaz al inicio de la espiración y, progresivamente, disminuye de forma natural y se vuelve más forzada. El golpe diafragmal es provocado por la contracción de la musculatura abdominal, que empuja la voz con más fuerza hacia arriba, haciendo que la espiración sea activa y se adecue a las necesidades vocales.”
Para una correcta respiración, tanto la postura como la vestimenta deberán favorecer el ensanchamiento abdominal, por lo que el canto se facilita con la colocación de pie y una vestimenta ancha, sin ataduras en el cuello o la cintura. “El canto profesional exige una intensidad sonora regular ligada a la presión subglótica, que debe ser constante a lo largo de toda la fase espiratoria. Por esa razón debemos dar un impulso inicial en el abdomen, y mantener especial atención en esa zona que permite un mayor control voluntario.”
El control consciente de los músculos se denomina Apoyo, porque sirve de soporte mecánico durante la espiración y provoca lo que en canto se conoce como Respiración Sostenida. “La mejor voz es la que se consigue al inicio de la respiración”, afirmaba con todo el énfasis de su fuerte carácter, la profesora Socorrito Villegas.

“El cantante necesita una poderosa musculatura diafragmática, abdominal e intercostal para poder bloquear y controlar el aire.”

“Para corregir sus defectos vocales, un cantante lírico necesita dos atributos: temperamento y técnica respiratoria.”

Socorrito
Socorrito Villegas en el acto del Salón
de los Pasos Perdidos del Palacio
Legislativo, cuando su madrina fue
declarada Juan de América, el 10 de
agosto de 1929.  En el centro de
 la imagen, Juan Zorrilla de
San Martín y el mexicano Alfonso
Reyes rodean a la poeta. Socorrito
es la primera a la izquierda.
(Archivo Villegas Morales)
María del Socorro Villegas Morales nació en Montevideo, el 11 de abril de 1923. Era hija del historiador Joaquín Villegas Suárez, bisnieto del presidente Joaquín Suárez, y de la cantante y compositora Socorro Morales. Conoció íntimamente a Juana de Ibarbourou, porque fue su ahijada. “Me quería como a una hija”, solía recodar quien durante su niñez y juventud acompañaba casi a diario a Juana de América. En Montevideo estudió canto, armonía y composición con su madre, piano con Elvira G. de Julber y arte escénico con Igor Shavelesky. En la Scala de Milán se formó con Antonio Moresco y en el Berkshire Music Center de Tanglewood, Boston, Estados Unidos, con el maestro Boris Goldovsky del Metropolitan de Nueva York.
Fue docente de Cultural Musical en Enseñanza Secundaria y de una docena de instituciones musicales nacionales e internacionales. Desde 1963 enseñó Técnica Vocal en Uruguay y en España, y Musicoterapia en el Centro Médico de Ciencias del Lenguaje de Madrid. Como representante de la empresa musical Conciertos Daniel, trajo al país artistas de la talla de Nélida Sabaleta, Victoria de los Ángeles, Malcuzinsky, Rudolf Firkusny, Jean Pierre Rampal, Hans RichterHaaser, Badura Skoda.
Soprano ligero era su registro lírico y como tal actuó con la Orquesta Sinfónica del Sodre, con la Filarmónica de Montevideo, con la Orquesta Sinfónica del Teatro Colón de Buenos Aires, la del Teatro Municipal de Río de Janeiro y con la Orquesta Sinfónica del Instituto de Extensión Cultural de la Universidad de Chile. Recibió numerosas distinciones, la última fue en abril de 2010: un homenaje de la Asociación General de Autores (AGADU). Fue el más emocionante de su vida, porque reunió en Montevideo, luego de catorce años, a sus cuatro hijos: Romancho, Inés María, Virginia y Marcelo Berro Villegas, fundadores del memorable grupo de rock The Killers. Socorrito Villegas falleció en la madrugada del 24 de agosto de 2011.

“El gesto del cantante es importante, pero cuando es sensacionalista es porque sabe que no canta bien.”

“Derecho y bien firme sobre los pies, es una postura que irradia energía, atrevimiento temerario, sentimiento impetuoso.”

Tosar, Ginastera, Villa-Lobos, Copland
Con el maestro Héctor Tosar,
en Montevideo, 1940.
(Archivo Villegas Morales)
Perdí la cuenta de los conciertos que realicé desde mi debut a los 16 años, pero debo agradecerle a mi querido maestro y amigo Héctor Tosar, con quien debuté en la profesión, y a otros compatriotas: Carlos Estrada, Eduardo Gilardoni, José Serebrier. También agradezco a Francisco Curt Lange, director del Instituto Interamericano, que me introdujo en la Musicología, al grandioso Aarón Copland, que me invitó a cantar con la Sinfónica de Boston bajo la dirección de Eleazar de Carvalho. Siento un especial reconocimiento por quien fue mi gran compañero de trabajo, charlas y diversión, el brasileño Heitor VillaLobos, pero también por los argentinos Eduardo Ginastera y Carlos Guastavino, por el chileno Domingo Santa Cruz, el mexicano Carlos Chávez y el cubano Julián Orbón.”

“Los sonidos agudos requieren de una mayor presión aérea, apoyo y esfuerzo de la voz, que los tonos medios y graves.”

Con sus hijos, The Killers: Romancho,
Inés María, Virginia y Marcelo Berro
Villegas, en AGADU, abril de 2011.
(Archivo Villegas Morales)
Siempre para adelante
“Conocí a VillaLobos en 1944, porque asistió a mi primer concierto del Teatro Municipal de Río de Janeiro. Cuando me vio entrar en escena estaba yo sola con el pianista dijo: “¡Ay, pobrecita!”. Pero después se animó, porque vio que yo le metía para adelante. Después me invitó a almorzar con la señora y con papá, que me acompañaba siempre a todos lados. Cuando me descuidaba, Heitor (VillaLobos) me robaba las papas fritas... Cuando me di cuenta, lo miré fije, con cara seria y le advertí: Nao tire partido... ¡Eu falo português também! Nos quisimos mucho con el gran maestro brasileño.”

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