viernes, 5 de abril de 2013

Instrucciones del Año (20)13 para recorrer el territorio del Congreso de Abril

Tres Cruces de historias y caminos

Biblioteca Barrial Palomar de Cavia,
una institución cultural en el sitio
del Congreso de Abril de 1813.
(Intendencia de Montevideo)
El nombre que comparten el paraje considerado centro geográfico de Montevideo y la principal terminal terrestre de la ciudad, según el historiador Isidoro de María, se refiere a los símbolos religiosos de madera que señalaban, en el siglo XVIII, el lugar donde fueron asesinados tres vecinos.  Fue en Tres Cruces que José Artigas instaló el cuartel oriental del Segundo Sitio de Montevideo y allí también se redactaron las Instrucciones del Año XIII leídas en el Congreso de Abril. La Blanqueada es su vecino y continuidad urbana rumbo al este, llamado así porque la primera casa de comercio de la zona estaba pintada de ese color. Parque Batlle, el barrio que evoca al legendario padre del estado de bienestar conocido como Suiza de América, está vinculado con la recreación y el deporte, en especial el fútbol, para los uruguayos una pasión entrañable. El núcleo urbano se extiende alrededor de Tres Cruces y el antiguo Parque de los Aliados, al sur de la avenida Italia y al norte de la avenida Rivera. En el límite con los vecinos Pocitos y Buceo, se encuentra el Parque Zoológico Dolores Pereira de Rossell, conocido como Villa Dolores, tal cual se llamaba la zona a principios del siglo pasado.

El barrio de Tres Cruces está definido por el tramo final de la avenida 18 de Julio y su continuidad en la actual 8 de Octube, que en tiempo de la revolución formaban parte del “Camino a Maldonado”. También por la Avenida Italia, el antiguo “Camino a la Aldea”, cruzado por el actual Bulevar Artigas, antes conocido como “Camino a Punta Carretas”. En las primeras décadas del siglo XX era una zona suburbana, transformada en un barrio repleto de edificios y comercios, alrededor de la principal terminal de omnibuses de la ciudad y su centro de compras.
Bulevar Artigas y la Cruz
de Juan Pablo II.
(IM)
El primer caserío de Tres Cruces se remonta a 1812, cuando José Artigas, Jefe de los Orientales rebelados contra el poder colonial español y enfrentado a los intereses hegemónicos de Buenos Aires, instaló el cuartel del Segundo Sitio de Montevideo. Al año siguiente, se celebró el Congreso de Abril, también llamado de Tres Cruces porque allí se leyeron las Instrucciones del Año XIII.
El historiador Isidoro de María aseguraba que el nombre del paraje se explica por “tres cruces de madera” clavadas donde alguna vez, en tiempos coloniales, fueron asesinados tres viajeros interceptados por bandoleros donde hoy se ubica el Hospital Italiano. “No es descartable que la explicación de Don Isidro sea sólo una leyenda, y que las 'tres cruces' sean en realidad los 'tres cruces de caminos' que marcan el lugar en el cruce o confluencia de la vieja calle del 18 de Julio, el Camino a la Aldea y el que llevaba a Punta Carretas”, escribió Ricardo Goldaracena en su obra Los barrios de Montevideo (Ediciones Arca, 1998).

Palomar de Cavia
La original construcción en forma de corto cilindro vertical evoca historias coloniales y revolucionarias de Montevideo y la Banda Oriental alzadas contra el virreinato español, pero en realidad fue construido después de la independencia uruguaya. Está ubicado en Avelino Miranda y Avenida Italia, a una cuadra del centro geográfico de Tres Cruces, dentro del predio del Hospital Británico, al lado de un ombú centenario que le aporta aún más valor patrimonial.
Fue allí que José Artigas instaló el cuartel general de su campamento en el Segundo Sitio de Montevideo (1812-1814). El comando estratégico, ubicado entre el Camino de la Aldea (Avenida Italia) y el Camino a Maldonado (18 de Julio-8 de Octubre), estaba defendido por una batería y un reducto, con trinchera y parapeto, hacia el oeste, era fuerte para resistir un golpe sorpresivo de los españoles, mientras los hombres de su escolta protegían el este y el sur.
Palomar de Cavia
por Pierre Fossey.
(Biblioteca Barrial
Palomar de Cavia)
La casaquinta del escribano Manuel José Sainz de Cavia, con más de “cuarenta varas" de superficie había sido construida a fines del siglo XVIII, con todas las comodidades de su tiempo.
El “Palomar” fue declarado Monumento Histórico Nacional en 1975, por ser un patrimonio histórico, arquitectónico que señala el espacio físico donde Artigas redactó las Instrucciones del Año XIII. Luego de décadas de abandono, por inicitiva de los vecinos de Tres Cruces, allí funciona la Biblioteca Barrial Palomar de Cavia, con más de 3.000 volúmenes.

Un barrio por Barrios
Se halla situado en el cruce de las avenidas 8 de Octubre e Italia (antiguo camino de la Aldea). Según Isidoro de Maria el lugar recibió su nombre 'por las Tres Cruces de Madera que señalara a principios del siglo XVIII el lugar donde se consumó el asesinato de tres victimas por malhechores'. En 1812, antes de llegar el general Rondeau a formalizar el Sitio de Montevideo, las partidas volantes del intrépido artiguista Culta se aproximaban a Tres Cruces, retirándose en horas de la noche al Peñarol o a Las Piedras.
Placa en homenaje al Congreso
de Tres Cruces, en Avenida Italia
y Avelino Miranda.
(Uruguay Educa)
En dicho paraje se encontraba la chacra de la que Manuel Sainz de Cavia fue 'colono arrendatario', donde Artigas reunió en 1813 el Congreso de Diputados Orientales para leerles sus famosas Instrucciones, donde fundamenta principios de libertad y de derechos humanos. El 5 de abril, en esa casa, el prócer enumeró los capítulos de su inmortal herencia civica ante los diputados Suárez, Barreiro, Larrañaga, Vidal y Méndez. Aún subsiste un torreón ubicado junto a un ombú en el predio de la que fuera chacra de Cavia, pero de época posterior, frente a la calle Avelino Miranda.
En los primeros tiempos de nuestra República se encontraba establecido en Tres Cruces el saladero y grasería del español Francisco Martinez Nieto, establecimien to que luego perteneciera a Gabriel Antonio Pereira y que dio un progreso decisivo a la industria de las grasas, con la utilización del vapor. 'Fue ésta -dice Jorge Grünwaldt Ramasso- la primera industria que, en la República, se valió de este fluido como transmisor del calor, pero no como fuerza motriz.' Agrega el autor estos datos de interés: 'En el año 1831 -se presume- fue importada de Inglaterra la primera caldera de vapor" con aquella finalidad, y en 1832 Martinez Nieto obtuvo 'el medio de extraer la grasa en gruesas cantidades de varios residuos animales, entonces sin destino útil, por una feliz y simple aplicación del vapor imaginado por él. El dispositivo construido por Martinez Nieto debió consistir en tachos de hierro recorridos por serpentines, en cuya agua sobrenadaban las grasas fundidas.'
Un río de libertad. Foto de un acto
memorable cuando medio millón
de uruguayos reclamaron el
retorno de la democracia. Fue el
27 de noviembre de 1983, en el
Obelisco de Montevideo.
(José Pepe Plá)
El procedimiento de Martínez Nieto fue adoptado y perfeccionado por otros saladeros, y tan pronto como el uso del vapor fue utilizado en mayor escala, la grasa y el sebo se constituyeron en importante rubro de exportación en la época. Otro saladero situado en Tres Cruces, hacia el principio de la cuarta década del siglo XIX, el de Juan Hall, que también incorporó otros adelantos: cancha con piso artificial, techo para desollar y torno.
Un episodio heroico tuvo lugar durante el Sitio Grande en Tres Cruces, cuando el coronel José Neira, defensor de Montevideo, cayó mortalmente herido de bala el 17 de noviembre de 1843, cuando avanzaba en misión de reconocimiento con una guerrilla de veinte hombres. Para impedir que el cuerpo de Neira fuera profanado por los enemigos, el Coronel Garibaldi y un grupo de legionarios italianos atacaron los puestos enemigos y rescataron el cadáver tras violenta lucha.”
Cita de Los Barrios II, fascículo N° 8 de la serie Montevideo, Aníbal Barrios Pintos, Editorial Nuestra Tierra, 1971.


El sacerdote Dámaso Gómez Fonseca,
de pie, jura como diputado oriental
en la Asamblea Constituyente de las
Provincias Unidas del Río de la Plata,
Buenos Aires, 9 de abril de 1813.
Orientales en abril
En el histórico Congreso de Abril realizado en la antigua chacra de Manuel Sainz de Cavia fueron electos seis diputados orientales ante la Asamblea General Constituyente y Soberana de la Provincias Unidas del Río de la Plata. En el encuentro se votó el reemplazo de Dámaso Antonio Larrañaga por Tomás García de Zúñiga y un segundo delegado montevideano: Mateo Vidal. También fueron elegidos: Francisco Bruno de Rivarola (Soriano), Marco Salcedo ( San José y San Juan Bautista) y otro argentino: Felipe Santiago Cardoso (Canelones) el único que no era sacerdote. Los cinco elegidos estaban muy cerca del Protector de los Pueblos Libres, y tres de ellos (Rivarola, Salcedo y Vidal, que vivían en la Banda Oriental) fueron los encargados de llevar a Buenos Aires las “Instrucciones del Año XIII”. El único aceptado por fue el sacerdote argentino Juan Dámaso Gómez Fonseca, representante por Maldonado, que asumió el 9 de abril de 1813.

Tras el rechazo de los cinco elegidos en Tres Cruces, el general argentino José Rondeau convocó al congreso del 19 de octubre de 1814 que votó a Pedro Feliciano Cavia y Pedro Fabián Pérez. Ambos se incorporaron en el quinto y último período de sesiones de la Asamblea Constituyente de las Provincias Unidas del Río de la Plata, entre el 5 y el 26 de enero de 1815.

Tres Cruces en 1890, cuando Bulevar
Artigas era el Camino a Punta Carretas
que pasaba frente al Hospital Italiano.
(Centro de Fotografía de Montevideo)
Pueblo Tres Cruces
Así se denominaba el paraje, en 1868 delimitado por dos calles paralelas a la derecha y tres a la izquierda de la avenida 8 de Octubre. El pueblo comenzaba en los terrenos ubicados en la casa llamada La Gallineta por un almacén ubicado al final de la avenida 18 de Julio. Llegaba hasta 8 de Octubre y Garibaldi, donde estaba la quinta de los Sorchantes, por entonces una muy popular provisión que ocupaba el actual terreno del Instituto Crandon.


Plaza de Frutos
Bulevar Artigas en la década de 1930.
(Centro de Fotografía de Montevideo)
El 22 de octubre de 1868 fue aprobada por el Supremo Gobierno la resolución de la Junta  Económica Administrativa sobre la entrada de las carretas a la Plaza de Frutos de las Tres Cruces,  ubicada en el camino llamado entonces del Carmen (luego Dante, actual Eduardo Víctor Haedo), que ya estaba preparada para  prestar servicios de carga y descarga de las carretas a los comercios de la capital y de la campaña.

Frente de la Terminal Tres Cruces.
(Intendencia de Montevideo)
Terminal de Tres Cruces
Fue inaugurada el 16 de noviembre de 1994, para concentrar y organizar los ómnibus de transporte nacional e internacional, de corta, mediana, y larga distancia y turismo, por iniciativa de empresarios del sector asesorados por el Estudio Luis E. Lecueder y el abogado Luis Muxi Muñoz. Fue construida sobre un terreno de 43.000 metros cuadrados, de los cuales 24.000 están edificados. El edificio cuenta con tres niveles: servicio de encomiendas en el subsuelo, terminal de ómnibus en la planta baja y centro comercial en el primer piso. Luego de un incendio, fue remodelado, ampliado y reinagurado en 2012. Es visitado por casi dos millones de personas al año.

Plaza de la Democracia
Construida en 1978, en plena dictadura uruguaya (1973-1985) su primer nombre fue Plaza de la Bandera. Luego de la recuperación democrática fue cambiada la denominación del espacio público limitado por el bulevar Artigas, Ocho de Octubre y Avelino Miranda. Allí se alza el monumento A la Bandera, un mástil de 30 metros de altura realizado por Alejandro Morón. Entre mucho hormigón se mantiene izado un Pabellón Nacional de 12 por ocho metros y sobresalen las pantallas laterales que simbolizan las "alas de la libertad".

Loba y Ansina
Monumento a la Loba que
amamantó a Rómulo y Remo.
(Intendencia de Montevideo)
En el espacio público limitado por las avenidas Italia y 8 de Octubre, se encuentra la Loba Capitolina, un homenaje de Roma a Montevideo, inaugurado a fines de 1938. Se trata de una réplica de la realizada en el siglo XV, por el escultor italiano Pollaiuolo, que representa a los fundadores romanos, Rómulo y Remo, según la leyenda, amantados por una loba.
Detrás se encuentra el Monumento a  Ansina, hombre de raza negra que acompañó a José Artigas en el exilio de Paraguay. La  estatua de José Belloni, inaugurada en 18 de mayo de 1843.

Lencina y Ledesma
Un hecho curioso rodea al Monumento que evoca la memoria de Ansina. Una investigación histórica determinó que el esclavo liberto que acompañó a José Artigas durante sus últimos 30 años de vida en Paraguay no era el sargento Manuel Ledesma (1797-1887), como siempre se creyó. La verdadera identidad de Ansina era la de Joaquín Lencina (1760-1860), que sobrevivió diez años a su jefe y sus restos se perdieron en un cementerio paraguayo. Nunca se cambió la escultura de Ledesma adjudicada a Ansina; ni siquiera existe retrato conocido de Lencina. Apenas se borró el nombre original, pero quedó la escultura.

Plaza Bernardina Fragoso de Rivera
Fructuoso Rivera, con todas las letras.
(Red Uruguaya)
Ubicada frente a la Terminal de Tres Cruces posee un monumento a su esposo, Fructuoso Rivera, inaugurado el 27 de Mayo de 1974. La obra compartida por Jose Fioravante (autor de la figura) y Carlos de la Corcova (autor del frontón trasero), es una figura ecuestre en bronce sobre basamento de mármol blanco, en homenaje al primer  Presidente Constitucional de Uruguay y fundador del Partido Colorado.
Las pantallas traseras, en hormigón y revestidas de mármol, poseen bajorrelieves con escenas de la Batalla del Rincón simbolizadas por un gaucho junto a un cañón, y de la Batalla de Cagancha, con un gaucho que entrega un mate. 


La Cruz y la estatua
A metros de allí, sobre un cantero del bulevar Artigas, ubicado frente al túnel vehicular de 8 de Octubre, la Cruz y la estatua en bronce de Juan Pablo II, señalan el lugar donde el sacerdote polaco Karol Wojtyla ofició su primera misa uruguaya en 1985. Muy cerca de allí, en la esquina de Ocho de Octubre y Jaime Cibils, el Museo Antártico expone el primer pabellón uruguayo izado en el continente blanco.


Hospital Británico


Fue creado en 1857 en una inmueble de la Ciudad Vieja, y hasta 1861 conocido como Hospital Extranjero. En 1912 fue trasladado a su ubicación actual de avenida Italia y Avelino Miranda, donde funciona en un emblemático edificio sanitario proyectado y construido por la empresa del ingeniero y arquitecto inglés John Adams.

Hospital Italiano Umberto I.
Hospital Italiano Humberto I
Ocupa un amplio predio de la manzana limitada por la avenida Italia y el bulevar Artigas. Construido en 1890 según proyecto del ingeniero italiano Luis Andreoni, sigue las inconfundibles líneas neoclásicas de su autor, compartidas con otros edificios emblemáticos de la ciudad: el Club Uruguay y la Estación del Ferrocarril Central, entre tantos. 
Fue inaugurado el 1 de Junio de 1892 para servir a un grupo de familias italianas que consiguieron la colaboración del monarca italiano que le dio su nombre a la institución. Es Monumento Histórico y un patrimonio arquitectónico del país.

Túnel de 8 de Octubre
Inaugurado el 18 de Julio de 1961, cuando Montevideo era gobernada por un Consejo Departamental presidido por Daniel Fernández Crespo, su objetivo original era facilitar el tráfico y establecer la continuidad entre las avenidas 18 de Julio y 8 de Octubre. De 180 metros de longitud, fue presentado como una innovación vial y una “solución para despejar la entrada de vehículos a la avenida Italia y su tránsito por bulevar Artigas. Una solución moderna para uno de los parajes mas transitados de la ciudad, donde, no obstante, un símbolo eterno preside el complejo nudo urbano.”

Obelisco a los Constituyentes
Es un gran monumento que remata la avenida 18 de Julio, en la entrada del Parque Batlle. La pirámide alargada, de 40 metros de altura, en bronce y granito rosado martelinado, fue realizada por el escultor José Luis Zorrilla de San Martín, como un tributo a los patriotas que aprobaron la primera Constitución de la República. Su base luce tres inscripciones en relieve: Ley, Libertad, Fuerza.

Hospital de Clínicas Manuel Quintela
Hospital de Clínicas en 2013.
(Municipio CH)
Es la mayor institución sanitaria del país, dependiente de la Universidad de la República (UdelaR), ubicada sobre la Avenida Italia, en el borde noreste del Parque Batlle. Eun hospital general de adultos de referencia nacional y regional. Además de las tareas asistenciales, allí funcionan áreas docentes, de extensión e investigación de la Facultad de Medicina estatal.  
El edificio fue diseñado en 1929, por el arquitecto Carlos Surraco, ganador de un concurso internacional. Inaugurado el 21 de setiembre de 1953, el conjunto de 110.000 metros cuadrados está organizado en 23 pisos, con la fachada orientada al norte. Posee un anexo de cuatro pisos y un edificio de una planta para radioterapia. Hacia el sur, otro edificio de laboratorios y cocina se prolonga hacia la planta de calderas, talleres y los dos pisos del lavadero. La Comisión Directiva del Hospital de Clínicas está integrada por representantes de los órdenes docentes, egresados y estudiantes, y funcionarios no docentes.

Manuel Quintela (1865-1928)
Nacido en Treinta y Tres, ciudad del noreste uruguayo, el médico y profesor universitario, especializado en Otorrinolaringología, fue decano de la Facultad de Medicina entre los años 1909-1915, y 1921-1927. También fue diputado (1897); presidente de la Sociedad de Amigos de la Educación Popular (1905-1911, 1915-1919); del Jockey Club de Montevideo; de la Asociación Rural del Uruguay. Falleció cuando daba clases es un aula de su facultad.

Hospital Pereira Rossell
Pabellones originales de
Obstetricia y Ginecología.
(Presidencia de la república)
Es el principal centro de atención materna infantil del país, ubicado en el extremo sureste del Parque Batlle, donde a fines del siglo XIX estaba el “Velódromo Uruguayo”. El terreno fue donado por el matrimonio de Alejo Rossell y Rius y Dolores Pereira de Rossell para construir un Hospital de Niños Pobres. En marzo de 1901, el médico Alejandro Beisso y su esposa Desideria Parma donaron los fondos para construir un pabellón de Medicina General.
En junio de 1905 fue designado su nombre actual y los objetivos de un "servicio público laico y ajeno a toda corporación o secta religiosa”. El 22 de febrero de 1908 se inauguró la sección Niños con la asistencia del presidente Claudio Williman. En la misma época, el obstetra Augusto Turenne, lideraba la formulación del proyecto de construcción de la Casa de Maternidad. El 25 de diciembre de 1909 se colocó la piedra fundamental de la Casa de la Maternidad y Servicio de Protección Maternal.
Emergencia Pediátrica inaugurada en 2008.
(Presidencia de la República)
En 1915 fueron construidos los pabellones dedicados a la Obstetricia y Ginecología, y tras una donación del pediatra Enrique Pouey se instaló la Curieterapia (Radiología). El 29 de mayo de 1915 fue estrenada la Maternidad.
El 12 de octubre de 1930 se construyó la Sección Niños y tres años después el pabellón de Ginecología y Curieterapia Ginecológica. En 1937 se construyó el pabellón "Alejandro Beisso”, de Asistencia Externa y Servicios Administrativos. El 30 de agosto de 1962 se inició la obra del "Nuevo Hospital de Niños". En 1993, cuando se excavaba el terreno, fue hallada una pieza histórica: la piedra fundamental del Instituto de Clínica Pediátrica y de Puericultura. Su nueva Emergencia Pediátrica, de las más modernas de la región, fue inaugurada en febrero de 2008, con motivo de los 100 años.

Parque Batlle
Vista del Estadio Centenario,
en el Parque Batlle.
(Trocadero)
Es un pulmón de 53 hectáreas del Montevideo urbano, donde predominan el verde, monumentos y predios deportivos que refieren a la historia del país, entre tantos un ícono uruguayo: el Estadio Centenario. Estratégicamente colocado donde la avenida 18 de Julio finaliza en el Bulevar Artigas, su primer nombre fue Parque Central, luego Parque de los Aliados y finalmente, a partir de 1930, José Batlle y Ordóñez.
Aquel territorio pertenecía al filántropo Antonio Pereira que lo donó a la Intendencia Municipal por un testamento que tenía una cláusula desafiante: la comuna tenía un plazo de cinco años después de su muerte para crear un espacio recreativo. Pereira falleció en febrero de 1906 y en 1911 nació uno de los parques más hermosos de la ciudad. Los jardines y el diseño del paisaje fueron proyectados por un famoso arquitecto francés Carlos Thays.


Torre de los
Homenajes
del Centenario.
(Trocadero)

Estadio Centenario
Fue construido en tiempo récord, de ocho meses, con planos del arquitecto Juan Antonio Scasso. En su estructura casi circular, de superficie similar a la del Coliseo de Roma, caben 70.000 espectadores que observan cada partido con comodidad y el mejor ángulo visual, aún desde los sectores más altos de sus cuatro tribunas: América, Olímpica, Ámsterdam y Colombes. “Es el primero del mundo destinado exclusivamente al fútbol”, reconoció el francés Jules Rimet, histórico presidente de FIFA, antes del partido Uruguay-Perú, que inauguró el Mundial de 1930.
Piedra fundamental del
Estadio Centenario.
(Museo del Fútbol)
En el centro de la Tribuna Olímpica, a cien metros de altura, se eleva su símbolo máximo: la Torre de los Homenajes, un esbelto tributo a los campeones olímpicos de 1924 y 1928. El mirador diseñado por Juan Scasso es un ejemplo mayor de Art Déco deportivo, con notoria influencia expresionista, de noche realzado por grandes reflectores que lo muestran tal cual es: monumental.

Museo del Fútbol
Camiseta de Obdulio
Varela en el triunfo
de Maracaná.
(Museo del Fútbol)
Inaugurado en 1974, se ubica debajo de la Torre de los Homenajes para preservar y exhibir documentos, objetos e imágenes de la selección Celeste y de las instituciones afiliadas a la Asociación Uruguaya de Fútbol. Una institución cultural que desde su reinauguración, en 2004, es un espacio de encuentro entre los uruguayos y un centro de referencia del patrimonio deportivo internacional.
Está organizado en dos pisos de 3.000 metros cuadrados. En la planta alta se presenta una exposición permanente, con dos atracciones principales: la camiseta N° 5 que utilizó Obdulio Jacinto Varela, el legendario Negro Jefe de la gesta de Maracaná y los objetos de José Nasazzi, el mitológico Mariscal, capitán de capitanes de la época de oro del fútbol uruguayo. Cientos de casacas deportivas, botines, banderas y trofeos, forman parte de un tesoro histórico. Un mural fotográfico conmueve al visitante: la colocación de la piedra fundamental del Estadio.

Pista de Atletismo
Fue diseñada por el arquitecto Juan Antonio Scasso y estrenada en 1922 como un referente de la cultura física uruguaya y continental. Dos décadas después se fundaba el Instituto Superior de Educación Física, en la histórica sede que lleva el nombre de Alberto Langlade, un erudito en la formación de docentes y entrenadores deportivos, que en la década de 1960 alcanzó prestigio mundial.

Velódromo Municipal
Es otro interesante ejemplo de arquitectura Art Déco aplicada al deporte. Inaugurado en 1938, el óvalo capitalino lleva el nombre del ciclista Atilio François, El León de Carmelo, quien en 1947 fue vicecampeón del mundo en persecución individual. Al sudeste de la avenida América Ricaldoni, que circunvala el Parque Batlle, se encuentra el Polígono de Tiro del Ministerio de Defensa Nacional, casi en frente dos canchas de fútbol gemelas y unidas entre sí: el Parque Palermo, de Central Español, y el Parque Méndez Piana, de Miramar Misiones.

La Blanqueada
Iglesia de Tierra Santa.
(Intendencia de Montevideo)
El histórico barrio vecino de Tres Cruces evoca la existencia de una casa de comercio pintada de color blanco en los albores del paraje, según Orestes Araújo, geógrafo mallorquín radicado en Montevideo a fines del siglo XIX. 
Tiene como eje a la avenida 8 de Octubre, entre Bulevar Artigas, Bulevar José Batlle y Ordóñez (ex Propios) y Avenida Italia. Sus barrios limítrofes son La Unión al este, Parque Batlle al sur, Villa Española al norte y La Comercial al oeste.
Es una zona caracterizada por sanatorios y centros de salud, públicos y privados. Entre tantos  se destacan la Maternidad del CASMU (Maternidad), el Sanatorio Impasa, el Hospital Evangélico, el Sanatorio de la Médica Uruguaya, el Hospital Militar y el ex Sanatonio Larghero, hoy Juan Pablo II, del Círculo Católico.
Instituto Crandon.
Es un espacio fundacional del fútbol uruguayo y sudamericano, porque allí se disputó el primer partido jugado en la Banda Oriental.  Un acontecimiento fundacional, fechado en octubre de 1878, 
cuando comenzaba la primavera austral. Fue en el "English Ground" de La Blanqueada, una antigua cancha de rugby ubicada en el mismo predio de la avenida 8 de Octubre, esquina Mariano Moreno, que ahora ocupa el Hospital Militar. Los rivales: un equipo de marineros ingleses contra un once improvisado de socios del Montevideo Cricket Club, propietario del campo y anfitrión de la fiesta posterior. No quedaron registros del resultado.
Sobre la avenida 8 de Octubre se encuentra el Palacio de Cristal, sede del Club Nacional de Football y en frente se alza el Estadio Gran Parque Central. A pocas cuadras, próximo a 8 de Octubre y Garibaldi, el Ministerio de Defensa Nacional de Uruguay se aloja en un edificio que es Patrimonio Histórico: el "Petit Hôtel" construido en 1917 por el arquitecto Joseph Carré para Carolina Blixen de Castro.
Ministerio de Defensa.
Cruzando Garibaldi hacia el norte, están el Instituto Crandon, fundado por la Iglesia Metodista, de enseñanza primaria, secundaria y profesional, y el edificio principal de la Universidad Católica Dámaso Antonio Larrañaga, la primera institución terciaria privada del país. A su frente, la Iglesia Nuestra Señora de los Dolores, más conocida como Tierra Santa, fundada en 1919, es administrada por los Hermanos Franciscanos.
En 8 de octubre y Mariano Moreno, casi en esta esquina, vivió la poetisa Juana de Ibarbourou, conocida en el mundo como Juana de América, y también el dramaturgo Florencio Sánchez. 


Gran Parque Central
Monolito colocado en la
cancha del Parque Central
 que evoca el primer partido
de los mundiales de Fútbol,
13 de julio de 1930.
(Club Nacional

de Football)
Vaya si la mítica cancha del Club Nacional de Football posee una historia para contar. Fue inaugurada el 25 de mayo de 1900 en el sitio que preserva la memoria de la Quinta de la Paraguaya, donde José Artigas fue proclamado Jefe de los Orientales, en el barrio La Blanqueada. La FIFA reconoció su valor patrimonial, con un monolito colocado a un costado de la cancha. “Gran Parque Central. Aquí se jugó el primer partido de la historia de los Mundiales de Fútbol. 13 de julio de 1930. Estados Unidos 0 – Bélgica 0.”
El primer gol de los mundiales fue marcado ese mismo día, en un arco de la desaparecida cancha del Club Atlético Peñarol, construida por Juan Scasso, en un predio de la Estación de la Compañía Transatlántica de Tranvías. El tanto del francés Lucien Laurent, convertido a metros de la actual esquina de Rivera y Soca, es un patrimonio inmaterial de la FIFA, que sólo vieron mil espectadores del partido Francia 4 – México 1. Más de 76 años después, allí se colocó una escultura del arquitecto Eduardo Di Mauro, ganador del Concurso En busca del arco perdido.


Inauguración de una placa en el sitio
de la Quinta de la Paraguaya,

en el ingreso al Parque Central.
(Presidencia de la República)
Quinta de la Paraguaya
10 de octubre de 1811 cientos de orientales se reunieron en la casa-quinta de Juana Suárez, conocida como La Paraguaya, por entonces una lejana propiedad en los extramuros de Montevideo, en el actual barrio de La Blanqueada. Habían sido citados por el general argentino José Rondeau, jefe del Primer Sitio de Montevideo, para hablar sobre las negociaciones de Buenos Aires con el virrey Francisco Xavier Elío. 
En el encuentro estuvo el delegado bonaerense José Julián Pérez, quien expuso la necesidad de levantar el bloqueo, luego de las derrotas revolucionarias en el Alto Perú y el peligro de una invasión del ejército portugués, por entonces eventual aliado español. De nada valieron las explicaciones de Pérez para convencer a los vecinos. Aunque no fue contemplada la opinión de la mayoría, la Asamblea de la Quinta de la Paraguaya es recordada porque allí José Artigas fue proclamado Jefe de los Orientales.

Panadería de Vidal
Fue un comercio del actual calle Joaquín Requena, entre Pedernal y Lorenzo Fernández, en el barrio Jacinto Vera, donde los orientales se reunieron por primera vez en una asamblea popular revolucionaria. El 10 de setiembre de 1811 recibieron a representantes del gobierno de Buenos Aires que estaban allí para convencerlos sobre la necesidad de firmar un armisticio con el virrey Francisco Xavier Elío. Los vecinos se negaron a entregar las armas y continuaron la lucha contra el poder español. Un mes después, los delegados porteños lo intentaron por segunda vez en la Quinta de La Paraguaya.

La Carreta, de José Belloni.
(Trocadero)
Plazas y Monumentos
La fuente luminosa del Parque Batlle se ubica frente a la Pista de Atletismo, a metros de la estatua del gran médico Luis Morquio, en la calle que desemboca en el Obeslisco. La Carreta es una obra maestra de José Belloni, en bronce sobre base de granito rosado, que evoca al clásico medio rural de transporte y carga. Fue estrenada en 1934, en un espacio de la avenida Lorenzo Mérola, frente a la tribuna América del Centenario. Casi a su frente, al lado de la tribuna Colombes, el monumento A los campeones, de Amado Chiahan, es un homenaje a los triunfadores olímpicos y mundiales.
A los Campeones,
de Amado Chiahan.
(Trocadero)
Muy visible entre las tribunas Ámsterdam y Olímpica, la talla de Atilio Narancio, inmortaliza al médico, político y deportista que lideró la participación uruguaya en los Juegos Olímpicos de París 1924. La imagen de Narancio, creada por Stelio Belloni, reposa sobre un pedestal de granito gris con bajorrelieves. El Discóbolo del Parque Batlle es una réplica en bronce, sobre base de hormigón, de la obra del escultor griego Mirón. Como el original expuesto en el Museo del Louvre, muestra a un atleta desnudo preparándose para el lanzamiento del disco.

Ejemplar de Podocarpus sp,
Monumento Natural del
Parque Batlle, frente
a la Tribuna Olímpica
del Estadio Centenario.
(Alejandro Sequeira)
Monumento Natural
Frente a la tribuna Olímpica del Estadio Centenario, ubicado sobre un terraplén, a pocos metros del Hospital de Clínicas, se encuentra un árbol considerado "Monumento Vegetal”. Uno de los diez ejemplares de Podocarpus sp presentes en Montevideo, de casi 20 metros de altura y un diámetro aproximado de 1,27 metros. A pocos pasos hay otro magnífico testimonio natural: una higuera de Bengala o Baniano (Ficus benghalensis) de grandes dimensiones. En el Parque Batlle conviven árboles de gran tamaño, muchos ancianos: araucarias, palmeras, ombúes, una notable aruera (Litrhraea molleoides) y una hermosa
encina (Quercus ilex) junto a la Pista de Atletismo. 

Zoológico de Villa Dolores

Desde hace más de un siglo, es uno de los paseos preferidos de los uruguayos, y siempre lo será, sin importar creencias, origen, cultura o edad. También fue el pionero americano, hace 52 años, en la creación de un cuerpo docente especializado informa sobre fauna y ambiente. No hay una fecha exacta de fundación, pero celebró sus cien años en 1994. Su primer propietario fue el filántropo Alejo Rossell y Rius, donante del predio ubicado en el barrio que aún evoca la memoria de su esposa: Dolores Pereira Buxareo.
Está organizado en regiones geográficas que priorizan las faunas de África, Asia, América y Australia, y en áreas temáticas fundamentales: Grandes Felinos, Camélidos Sudamericanos, Paquidermos, Primates y Vivario. A su lado, otra atracción educativa es el Planetario Municipal Agrimensor Germán Barbato, que en 1955 inauguró el primer proyector astronómico de Iberoamérica.

Congreso de Tres Cruces
Congreso de Abril de 1813,
Pedro Blanes Viale, óleo sobre

tela, 0.98 x 0.51 cm.
Pinacoteca del Palacio
Legislativo, Montevideo.
(Uruguay Educa)
También llamado Congreso de Abril, sesionó entre los días 5 y 21 de aquel mes de 1813 en la quinta de Manuel José Sainz de Cavia. Los convocados eran diputados que representaban los pueblos de la Provincia Oriental; se desconoce el número exacto de asistentes y apenas es de conocimiento histórico los nombres de algunos de ellos. La importancia del Congreso fue de capital importancia en el desarrollo del artiguismo, ya que sentó las bases de las ideas federalistas y republicanas de José Artigas.
Se conoce que, en realidad, el cenáculo debió comenzar el 3 de abril, sin embargo se pospuso hasta el 5 debido a las malas condiciones climáticas. El acta levantada aquel día –comienzo de sesiones– decía que se encontraban en el Congreso 'Los diputados de cada uno de los pueblos de la Banda Oriental del Uruguay'. Este aspecto ha causado polémica entre algunos historiadores, pues han reincidido en el hecho de que, al parecer, los diputados eran –en su práctica totalidad– terratenientes, gente del patriciado y comerciantes, lo que provocaría como consecuencia de que las políticas sociales a adoptar por el programa artiguista estuviesen excluidas de la discusión, según esta interpretación.
El simposio celebró sólo dos juntas generales –o plenarios–, una el 5 de abril y la otra el 21, fechas de inicio y de cierre de la asamblea respectivamente. El día inicial, Artigas leyó la legendaria Oración Inaugural redactada por Miguel Barreiro, secretario y familiar vinculado estrechamente al caudillo. Dicha oración refleja fielmente la fuerza del pensamiento liberal y democrático de Artigas, plasmado y recordado para siempre en, quizá, la frase que hizo célebre al Jefe de los Orientales: 'Mi autoridad emana de vosotros y ella cesa ante vuestra presencia soberana.'
Interpretación libre del
Congreso de Abril de 1813.
(Uruguay Educa)
A continuación, Artigas expuso las finalidades del Congreso: 'La asamblea tantas veces anunciada –la Asamblea Constituyente de Buenos Aires– empezó sus sesiones (…). Su reconocimiento nos ha sido ordenado. Resolver sobre este particular ha dado motivo a esta congregación.' Se aconsejó el reconocimiento de la Asamblea Constituyente –lo que finalmente se aprobó – aunque condicionado a un pacto, en lo que Artigas fue claro y determinante: “Ni por asomo se trata de una separación nacional.' Una vez terminado el discurso los diputados tuvieron la libertad de debatir.
El pacto finalmente aprobado contenía ocho ítems que debían cumplir las autoridades constituyentes porteñas, que, en lo esencial, contenían una serie de aspiraciones orientales que nunca oyeron eco en Buenos Aires, encomendadas anteriormente por el caudillo a Tomás García de Zúñiga. Dichas pretensiones eran: el desagravio a Artigas y al pueblo oriental por las ofensas de Manuel de Sarratea, un aval del no abandono al asedio de Montevideo y de recibir pertrechos bélicos para la prosecución de la lucha, y el reembolso por parte de Sarratea de las armas robadas por éste al Cuerpo de Blandengues. Las disposiciones sexta y séptima contienen los aspectos esenciales del convenio:
Disposición Sexta: Será reconocida la confederación defensivo ofensiva de esta Banda con el resto de las Provincias Unidas, renunciando cualquiera de ellas a la subyugación a que se ha dado lugar por la conducta de este anterior gobierno.
Instrucciones del Año XIII, boceto en
carbón de Carlos María de Herrera,
1.450 x 1.050 cm.
(Portal Ceibal)
Disposición Séptima: En consecuencia de dicha confederación se dejará a esta Banda en la plena libertad que ha adquirido como provincia compuesta de pueblos libres; pero queda desde ahora sujeta a la Constitución que emane y resulte del Soberano Congreso de la Nación (...).
Según el estatuto aprobado por la Asamblea de Buenos Aires –que desconocía la condición de provincia de la Banda Oriental– preveía un proceder especial para ésta en materia de designación de diputados: Se podían elegir sólo dos, uno por Montevideo y otro por Maldonado. Sin embargo, el Congreso de Tres Cruces, a su vez, desconoció estas disposiciones y creó otras propias, basadas en el antiguo derecho colonial. Según esta nueva resolución, se elegirían dos diputados por la cabeza de provincia (Montevideo) y uno que represente a su respectiva villa con Cabildo (Santo Domingo de Soriano y Guadalupe de los Canelones, actual ciudad de Canelones) además de un único emisario de poblaciones que contasen con 'medio cabildo'; o sea, San Juan Bautista –actual Santa Lucía– y San José de Mayo, logrando la Banda Oriental una representación total de cinco congresistas.
Acatando las nuevas disposiciones orientales y contradiciendo las porteñas, fueron elegidos Mateo Vidal y Dámáso Antonio Larrañaga por Montevideo, Felipe Santiago Cardoso por Guadalupe de los Canelones y Dámáso Gómez Fonseca por Maldonado, Francisco Bruno Rivarola por Santo Domingo de Soriano y el único representante de San José de Mayo y San Juan Bautista: Marcos Salcedo.

Los diputados fueron suministrados con un conjunto de instrucciones, las célebres Instrucciones del año XIII; uno de los escritos esenciales del artiguismo. En la sesión correspondiente al 20 de abril, los congresales denominaron los miembros constituyentes de un Consejo o Gobierno que velase por la recuperación y proyección de la economía oriental, siéndole otorgadas la responsabilidad de varias tareas cuyo norte común era el ya mencionado. Se trataba de los albores del denominado Gobierno Económico de Canelones.
Artigas dictando las Instrucciones
a su secretario José Monterroso
.
Óleo sobre tela, Pedro Blanes Viale,
328.3 x 239.3 cm.
(Uruguay Educa)
Con respecto al rechazo del resto de los representantes de la Banda Oriental en la Asamblea Constituyente bonaerense, la razón última de ello fue la defensa que proclamaban del sistema federalista artiguista, ya que otros diputados –pese a estar mal elegidos, como se ha mencionado– al poseer algunas diferencias, menores o mayores o con el federalismo de Artigas, fueron finalmente aceptados.
En ese contexto, el caudillo oriental ordenó al diputado Felipe Santiago Cardoso a idear y desarrollar una campaña de acusación y propaganda sobre la postura de la Asamblea Constituyente en lo que respecta a las demás provincias, y debió pagar por ello con su detención y posterior confinamiento, por orden el gobierno. Larrañaga, desarrollando una labor de mediación ante las cada vez más tirantes relaciones entre Buenos Aires y Artigas, finalmente logró convencer a este último de la congruencia de convocar a una nueva asamblea que regularice el sistema de designación de diputados –Asamblea de Capilla Maciel– y los constituyentes porteños finalmente accedieron a darle a la Banda Oriental una representación de hasta cuatro diputados.
Pese a la intensa labor de Larrañaga en cuanto a la lima de asperezas entre Artigas y Buenos Aires, que dio algunos frutos, es evidente que la convergencia total entre las dos partes estaba muy lejos de ser alcanzada. Ello iría, con el devenir de los hechos posteriores, cada vez más en aumento. Es que, esencialmente, de una orilla y de otra del Río de la Plata se manejaban puntos de vista diametralmente opuestos: mientras que para el Gobierno bonaerense Artigas era un mero jefe militar díscolo, el pueblo oriental lo consideraba el Protector de un pueblo soberano e independiente.”
Portal Educa, Administración Nacional de Educación Pública del Uruguay

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