lunes, 2 de noviembre de 2015

Antonio Díaz, el primer periodista uruguayo

Antonio Díaz.
No nació en este territorio, pero fue protagonista en la gestación del país con el que se comprometió hasta el último día de su vida. Gallego, inmigrante,  guerrero de la revolución rioplatense, personalidad sobresaliente en los años de formación del Estado Oriental del Uruguay y en su consolidación política, social, cultural.

Militar, gobernante, periodista, escritor, educador, enfrentó con gloria a los británicos, fue soldado de la libertad, influyente intelectual republicano. Fue fundador del Partido Blanco, funcionario del Gobierno del Cerrito en la Guerra Grande, de las presidencias de Fusión, hasta más allá de la mitad del siglo XIX.
Pionero del oficio periodístico, editor y redactor responsable de gacetas memorables: El Sol de las Provincias UnidasEl PamperoLa Aurora, El Aguacero, El Piloto, El Correo Nacional, El Universal, El Defensor de la Independencia Americana.
Su trabajo en edición fue una proeza, casi siempre en tiempos de conflicto. El gallego fue uno de los hombres más cultos de su tiempo, autodidacta, un cronista inteligente y profundo, un innovador de la prensa en el Río de la Plata", afirma el historiador Wilson González Demuro.

Antonio Felipe  Díaz nació en La Coruña el 26 de mayo de 1789. Con catorce años embarcó en su puerto natal rumbo al Río de la Plata.
Estuvo poco tiempo en Buenos Aires pero le gustó más Montevideo donde fue un muy joven empleado de tienda, apasionado por la lectura, un espontáneo escritor de intimidades y reflexiones filosóficas.
A los dieciseis años se integró al Batallón de Infantería del Comercio. Participó en la resistencia hispana contra las Invasiones Inglesas, era subteniente en la Batalla del Cardal cuando fue herido en la frente, una marca que mostraba con orgullo y dolor porque fue testigo de la muerte de cientos de amigos y compañeros, militares y civiles.
En 1809 se pasó al bando de la revolución rioplatense por afinidad con el general argentino José Rondeau.

—Fue relevante su participación como capitán en la Batalla de Las Piedras, en su etapa de cercanía ideológica con José Artigas.
Todos los partes del combate del Cerrito, del 31 de diciembre de 1812, señalan su papel táctico y su valentía, herido en el campo, ascendido a sargento en el Segundo Sitio de Montevideo.
Fue secretario del Congreso de Tres Cruces donde su firma consta en las actas de las Instrucciones del Año XIII.
Al año siguiente quedó claro su alejamiento de Artigas, cuando se puso a las órdenes del jefe porteño Carlos María de Alvear.
Fue edecán personal del mayor enemigo del Jefe de los Orientales y de su Liga Federal con los caudillos del litoral argentino, tan cercana era la confianza que lo ascendió a teniente coronel.

Cuando Alvear fue depuesto en el Motín de Fontezuelas (abril de 1815), su sustituto el director Ignacio Álvarez Thomas buscó congraciarse con Artigas. Su primer gesto reconciliador fue apresar a siete oficiales alvearistas, entre ellos Antonio Díaz, a quienes remitió encadenados al cuartel general de Purificación, en el actual departamento de Paysandú.
Los prisioneros no fueron ejecutados, sino que recibieron un indulto con la orden de liberarlos, el argumento: no era de buen patriota ajusticiar a quienes habían sido soldados de la revolución. 

“Era de talla regular, cuerpo bien desarrollado, ojos de un azul verdoso claro, su mirada abierta pero inexpresiva, deteniéndose muy poco en los objetos y en las personas, siendo indudable que se daba cuenta de todo, son esas miradas que pasan como una pantalla y no toman la epidermis sino que calan la verdad de la esencia. Pómulos algo salientes, cabeza en extremo desarrollada, su nariz aguileña era muy pronunciada, carecía de bigote pero tenía fuerte patilla corrida sobre la mejilla. Usaba el capote de paño con esclavín en invierno, su tranquilidad era imperturbable." 
—Descripción física de Artigas, realizada por Antonio Díaz luego de su "purificación" en Paysandú, nunca fue un artiguista incondicional pero tampoco ocultaba su respeto por el Jefe de los Orientales.

Entre 1826 y 1828 peleó contra las tropas ocupantes del territorio oriental que respondían a la Provincia Cisplatina brasileña, redactó el parte de la Batalla de Ituzaingó en la que fue relevante su actuación militar.
Luego de expulsados los brasileños, fue constituyente y diputado de la primera Asamblea Legislativa del país emancipado, el Estado Oriental del Uruguay.

"Los montevideanos por origen o radicación componían un estamento burgués con íntimas prevenciones contra los caudillos rurales producto de la gesta revolucionaria de la Patria Vieja, y buscaban el apoyo de los hombres de orden de Buenos Aires para  sus  trabajos  independientes,  con  miras  a  la  incorporación  de  la  Provincia  Oriental  al  seno  de  las Provincias Unidas como era el viejo ideal artiguista, aunque sin igual fervor autonomista.” 
Semblanza general de los inmigrantes españoles pasados a la revolución oriental escrita por el historiador Alfredo Castellanos en su libro La Cisplatina, la independencia y la República caudillesca, 1820-1838, Ediciones de la Banda Oriental, Montevideo, 1982.

En la memorable Batalla de Carpintería adhirió al recién nacido Partido Blanco.
En 1838 fue ministro de Guerra y Marina del brigadier Manuel Oribe, también del gobierno blanco del Cerrito, y en 1858 fue nombrado ministro de Guerra y Marina del gobierno del presidente Gabriel Pereira, desde donde propuso la creación de la Escuela Militar Oriental. Al año siguiente era ascendido a Brigadier General, el máximo rango del ejército uruguayo. 

Por el lado que fuere y en el bando político que sea, tenía lazos de sangre con la clase dirigente de ambas márgenes del Río de la Plata.
Entre sus parientes son recordados: el general colorado César Díaz, ejecutado en el Paso de Quinteros, el escritor Eduardo Acevedo Díaz, el codificador Eduardo Acevedo Álvarez, el inolvidable dirigente universitario Alfredo Vásquez Acevedo.

"La imparcialidad es una obligación del escritor, dando cuenta de los hechos que pudieran ser de interés  de  la  opinión  pública,  único  objeto  a  que  consagra  sus  tareas, sin mucho elogiar las medidas que adoptan las autoridades llenando uno de sus deberes."
Antonio Díaz, en La Aurora N° 7, 1 de febrero de 1823.

Rebeldía y escritura 
Encabezado de El Sol de las Provincias Unidas—Gaceta de Montevideo, N° 1, sábado 2 de julio de 1814.
—Su relevante obra periodística comenzó como corredactor de El Sol de las Provincias UnidasGaceta de Montevideo, con el porteño Manuel Moreno, hermano de Mariano, editado en la imprenta del Cabildo de Montevideo, la memorable Carlota.
Para él fue una experiencia iniciática en el periodismo, un oficio que luego ejerció toda su vida.
Aquel trabajo tuvo un doble valor republicano, por fue el primer vocero independentista en territorio oriental, realizado en una prensa  que pasó a manos insurgentes luego que fuera donada en 1810 por la princesa española Carlota para imprimir Gazeta de Montevideo, un periódico colonial, monárquico, enemigo panfletario de la Revolución de Mayo. 

El Sol de las Provincias Unidas circuló luego de la capitulación española de Montevideo, sus 14 números semanales salieron en su mayoría los sábados, hasta setiembre de 1814.
Díaz era ayudante de Moreno, al servicio del Gobierno de Buenos Aires, vocero del ejército ocupante al mando del general Carlos María de Alvear. 
Fue un activo difusor del proyecto político de unidad del antiguo virreinato incorporado a las Provincias Unidas del Río de la Plata.
Sus artículos planteaban temas constitucionales y una preocupación por el progreso de la economía. En sus páginas se planteaba la unidad territorial entre Buenos Aires, la Provincia Oriental y sus aliados de la Liga Federal.


El último ejemplar de El Sol, N° 14, salió el domingo 18 de setiembre de 1814.
—El periódico nada informaba sobre José Artigas y la revolución que por entonces dominaba la mayoría del territorio oriental, la estrategia propagandística era clara: sobre el enemigo no se escribe.
Lo nombraron por primera vez cuando Buenos Aires le restituyó los honores ciudadano, revocando una declaración de "traidor a la patria" firmada dos años antes por el director porteño Gervasio Antonio de Posadas.
"Hubo una corta primavera (entre mayo y noviembre de 1815) en la relación entre Artigas y los porteños. Como parte del acuerdo, el contenido del entendimiento fue informado en El Sol de las Provincias Unidas, sin otro comentario. En otra notita lateral, se mencionó el pacto por el cual Artigas desalojó su ejército de la provincia de Entre Ríos luego que Buenos Aires se retiró de Montevideo, pero jamás se mencionó al Jefe de los Orientales", explica Wilson González Demuro, docente de Historia Americana en Facultad de Humanidades de la UdelaR, investigador de la prensa oriental anterior al Uruguay independiente. 

"El Autor de este periódico se gloria de tener algún derecho al título de apasionado de la libertad [...] y se halla vivamente animado del deseo de oponerse a esas preocupaciones afrentosas con las pocas fuerzas que sus luces le permiten..."
Comentario editorial publicado en el Prospecto de El Sol de las Provincias Unidas Gaceta de Montevideo,  sábado 2 de julio de 1814.

El primer periodista 
El Pampero, N° 1, 1822.
Antonio Díaz participó en otros periódicos rebeldes, con frecuencia semanal, que entre 1822 y 1823 desafiaron la ocupación brasileña: El Pampero, La Aurora, y El Aguacero, los tres realizados en la Impresora Torres de Montevideo.
Al inicio de la Cruzada Libertadora de 1825 se radicó en Buenos Aires, y allí publicó El Piloto, que abordaba temas de la política oriental desde el exilio, y en 1827 El Correo Nacional, que levantaba el espíritu de porteños y orientales en la Guerra del Brasil o Cisplatina.

"En diciembre surgieron casi al mismo tiempo dos de los más importantes periódicos de la etapa  preindependiente, El  Pampero y La  Aurora. Sus  redactores,  hasta  donde  la acostumbrada  anonimia  nos  permite  saber,  fueron  connotados  miembros  del patriciado como  Santiago  Vázquez  (futuro  ministro  en  el  primer  gobierno  de  la  independencia  y poseedor  de  una  de  las  inteligencias  más  importantes  de  su  generación),  Juan  Francisco Giró   (quien   sería   luego   miembro   del   Gobierno   Provisorio   en   1827, constituyente, diplomático y Presidente de la República entre 1852 y 1853), y Antonio Díaz (corredactor en El Pampero y único responsable de La Aurora)... A diferencia de sus compañeros de letras, Díaz fue siempre un radical opositor a la presencia portuguesa en la provincia", afirma Wilson González Demuro.

"El Pampero es el viento favorito del Río de la Plata (...) Pues bien, Montevideanos, y vosotros habitantes todos de la margen izquierda del río (...). Los editores de este pampero os anuncian uno fuerte, impetuoso, irresistible."
Pasaje de la nota presentación publicada en el N° 1, el miércoles 19 de diciembre de 1822. El semanario circuló hasta el 2 de mayo del año siguiente, y también editó un suplemento especial de nombre alusivo a sus objetivos rebeldes: Ráfaga.

"Siendo uno de los principales objetos de la prensa comunicar al público, por medio de ella, todas las noticias que merescan su atención, y hallándose el de esta capital y su campaña sin un periódico que haga uso de aquel recurso, precisamente en una época en que los extraordinarios sucesos políticos del interior del país deben interesar la curiosidad, no solo de sus habitantes, sino de los de gran parte de la América del Sud, y aun de la misma Europa, nos hemos propuesto escribir un papel semanal (...) Los Editores, al anunciar la empresa de esta penosa tarea, protestan que las materias que quisieran ilustrar en sus discursos políticos serań tratadas con la moderación que conviene a la dignidad de los escritores públicos." 
Declaración de principios editoriales de La Aurora, publicada en el N° 1, el sábado 21 de diciembre de 1822.

El Aguacero, N° 1, 1823.
El Aguacero fue un periódico  de  tono  satírico  que circuló en Montevideo, muy  irregularmente,  entre  abril  y  octubre de  1823.
Un repaso de sus páginas lo define como un eficaz ejemplo de  prensa  iluminista  y  soporte periodístico informal de la Sociedad de Caballeros Orientales, una logia creada para derrotar la ocupación brasileña, partidaria de su reincorporación a las Provincias Unidas del Río de la Plata.

—González De Muro en su ensayo Periodismo y libertad de imprenta en vísperas de la independencia uruguaya, publica parte de un artículo irónico de El Aguacero, que contaba sobre el supuesto testamento del abogado Lucas Obes, aliado de la Provincia Cisplatina, apodado Dr. Perendengue por sus enemigos.
En forma de verso alude a una incomprobada voluntad final de uno de los personajes políticos más odiados por los anti brasileños.
La ironía fue tan punzante y bien redactada que en aquel momento circuló el rumor de la muerte de Obes, celebrada por los orientales—argentinos. 

—“Con el Pampero y la Aurora / y otros Pájaros de cuenta / a presencia de la Cámara / se ha de formar una  hoguera  /  y  por  mano  del  verdugo  /  se  ha  de  arrojar  dentro  de  ella  /  a  ese  maldito  Aguacero  / anticristo  de  esta  tierra  /  azote  de  hombres  honrados  /  como  yo  y  Frutos  Rivera  /  que  predica  el patriotismo / que hace al imperio la guerra / que truena contra los vicios / como el Catón de la Grecia / diciendo muchas verdades / con chistes y sutilezas, / pues yo quiero y es mi gusto, / que reducido a pavezas /  contemple  su  autor  la  suerte  /  que  si  lo cogen  le  espera  /  pues  si  al  papel  así  trato  /  ¡qué haría con su cabeza!”


"Considera inglés piadoso
Que aflijiste medio real
Cuantas cosas son precisas
Para ser buen imperial."
Lema editorial de El Aguacero, presente en el encabezado de sus ocho números, entre abril y octubre de 1823.

La Aurora, N° 1, 1823.
Que nadie lo dude
"Yo soy efectivamente el autor de éste periódico. Mé he servido del anónimo porque no me consideraba con talentos suficientes para desempeñarme con crédito en el ejercicio de escritor de un pueblo ilustrado; por lo demás, ningún otro motivo ha habido ni hay para ocultar mi nombre; bien o mal, me parece que he llenado mi compromiso con el público, y mi conciencia me asegura que no he tocado con mi pluma, ni a la vida, ni a las pasiones de ningún ciudadano. El objeto, escribiendo, fue promover la libertad y reincorporación de la Provincia Oriental, cuya esclavitud era ya un baldón para el nombre argentino. Mi doctrina, la de nacionalizar, atacando a la anarquía, y recordando a los orientales los males que sufrieron por ella, a fin de comunícarles todo el horror que la sola idea de su renovación es capaz de¡ inspirar en el corazón de un buen ciudadano: a esto es que tiene alusión el epígrafe de los primeros números de mi periódico, y del cual hacéis en vuestro artículo un juego pueril, a la vez para ridiculizarme injustamente ... mi objeto... pues, fue promover la adopción de las vías de hecho contra el usurpador de la Banda Oriental al de la República, convencido de que todo otro recurso era ya inútil, y de que el sufri más tiempo la insolencia de aquel déspota era la mayor ignominia de un pueblo libre."
Respuesta de Antonio Díaz a un articulista del diario El Nacional de Buenos Aires, que dudaba sobre su autoría del periódico El Piloto y de otros de la resistencia contra la invasión lusobrasileña al territorio oriental.

"¿Con qué empezarás plumista novicio?
Por dar un pellizco al que es de tu oficio.”
Ironizaba Antonio Díaz en El Aguacero, sobre el papel crítico del periodista en la Provincia Cisplatina. 

El Universal
Lo fundó en 1829, por diez años fue su director, desde la primera etapa como trisemanal hasta que lo transformó en un diario influyente del recién nacido Estado Oriental del Uruguay
Fue el primer medio escrito que defendió la línea política del Partido Blanco, que circuló hasta que Díaz acompañó a Manuel Oribe al exilio de Buenos Aires luego del golpe de Estado de Fructuoso Rivera, su rival colorado. Publicó 2.746 números hasta su cierre en 1838.
 
"El Universal fue un diario en serio, con todo lo que debe tener una buena prensa escrita, el primero que merece ser considerado como tal en la historia
El Universal, N° 1, 1829.
del periodismo uruguayo, por su contenido, su organización y su edición." 
 
El trabajo periodístico de Antonio Díaz fue pionero, impresionante, una proeza total realizada en  tiempos de conflicto con imprentas móviles y en tiempos de paz con una línea de pensamiento que mantuvo toda su vida. El gallego fue uno de los hombres más cultos de su tiempo, autodidacta, un gran editor. Era un republicano conservador, muy legalista, nunca fue artiguista. No tuvo más remedio que cerrar el periódico cuando se fue con Oribe, era un ferviente federal, decidido antirriverista y anticaudillos. Era blanco, pero también criticó a (Juan Antonio) Lavalleja cuando quiso darle un golpe a Rivera. Merece ser reconocido como el primer periodista uruguayo.”
Wilson González Demuro.

El Defensor de la Independencia
Americana, N° 567, 1851.
En 1844, el redactor más experimentado de su tiempo, pionero en el oficio de publicar, retomó su contacto con la prensa.
Fue uno de los responsables editoriales de El Defensor de la Independencia Americana, un bisemanario (salía cada tres días) que compartió con otros intelectuales que respondían al gobierno del Cerrito: Carlos de Villademoros, Eduardo Acevedo y Maturana, Francisco Solano Antuña, Bernardo Berro, Juan Francisco Giró, y el entonces capitán Leandro Gómez.
El Defensor fue publicado en la Imprenta Oriental del Miguelete, hasta 1851, siempre bajo el mismo lema: ¡Vivan los defensores de las leyes! ¡Mueran los salvajes unitarios!

"Lo que faltó en 1815 (etapa de la Provincia Oriental artiguista) abundó entre 1822 y 1823: periodistas."
Isidoro de María, Montevideo Antiguo. Tradiciones y Recuerdos, Tomo I, 1976. 
 
Inspirador de cultura
—El teniente general Antonio Díaz fue ministro de Defensa de los presidentes Gabriel Antonio Pereira, Bernardo Prudencio Berro y Atanasio Cruz Aguirre, en la etapa política denominada "Gobiernos de Fusión".
Entre 1863 y 1865 enfrentó al movimiento golpista del Partido Colorado liderado por el caudillo Venancio Flores, como miembro del Consejo Militar de Defensa de Montevideo.

Logo de El Defensor de la Independencia Americana, 1851.
“El gallego dictó cátedra de periodismo y dejó páginas de indudable valor histórico, pero además reflexionó con sensibilidad e inteligencia sobre temas de educación, anticipándose a la visión del reformador José Pedro Varela”, expresa Carlos Zubillaga Barrera, erudito historiador y su biógrafo. 

Escribió unas pacientes Memorias que nunca publicó, pero que su hijo y homónimo tomó como fuente para su Historia política y militar de las Repúblicas del Plata. El Eduardo Acevedo Díaz fue su nieto que heredó la vocación por la literatura, lo admiraba como “escritor y periodista de singular cultura, que hablaba y leía el inglés”.
También como “caudillo clemente” y “depositario de una misión colectiva de consolidación de la Patria”, según anotó en el diario El Siglo, seis días después de la muerte del anciano gallego, en la más absoluta pobreza, el 13 de setiembre de 1869.

Las portadas de El Sol de las Provincias Unidas, El Pampero, La Aurora, El Aguacero y El Defensor de la Independencia Americana deben ser acreditadas a la página web Publicaciones Periódicas del Uruguay (http://www.periodicas.edu.uy).


 Lecturas consultadas:
Historia política y militar de las Repúblicas del Plata, desde 1826 a 1866, Antonio Díaz (hijo), Imprenta El Siglo, 1878.
Historia y bibliografía de la prensa en Montevideo 1810—1865, Dardo Estrada, Librería Cervantes—José María Serrano Editor, 1912.

Diccionario uruguayo de biografías, José María Fernández Saldaña, Adolfo LinardiLibrería Anticuaria Americana, Montevideo, 1945.
Los gallegos en el Uruguay. Apuntes para una historia de la inmigración gallega hasta fines del siglo XIX, Carlos Zubillaga Barrera, Ediciones Banco Galicia, 1966.
Historia de la prensa en el Uruguay. Desde la Estrella del Sur a Internet, Daniel Álvarez Feretjans, Fin de Siglo—Búsqueda, 2008. 

El Sol de las Provincias Unidas: un comentario sobre el periodismo, la revolución y la difusión de ideas en Montevideo a fines de la época colonial, ensayo, Wilson González Demuro, Colonial Latin American Historical Review, Universidad de Nuevo México, Albuquerque, EEUU, 2006.
Un  gallego  en  los  orígenes  del  periodismo  independentista.  Antonio Díaz y la prensa montevideana, 18141823, ensayo, Wilson González Demuro, Anuario del Centro de Estudios Gallegos, Montevideo, 2006.
Periodismo y libertad de imprenta en vísperas de la independencia uruguaya: la coyuntura de 1822 a 1823, ensayo, Wilson González Demuro, III Jornadas de Historia de la Patagonia, Bariloche, 2008. 
Prensa periódica y circulación de ideas en la Provincia Oriental, entre el final de la dominación española y la Independencia (18141825), Wilson González Demuro, tesis  de Maestría en Ciencias Humanas opción Historia Rioplatense, Facultad de Humanidades y Ciencias de la Educación, UDeLaR, Montevideo, 2013.
Mil e pico de nomes galegos do Uruguai, José Monterroso Devesa, 2009.
Galicia en Uruguay, Ignacio Naón, Armando Olveira Ramos, 2009.

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